domingo, 2 de julio de 2017

DÉCIMO TERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo
según San Mateo (10,37-42):

El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí.
El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.
El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará.
El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe, recibe a aquel que me envió.
El que recibe a un profeta por ser profeta, tendrá la recompensa de un profeta; y el que recibe a un justo por ser justo, tendrá la recompensa de un justo.
Les aseguro que cualquiera que dé de beber, aunque sólo sea un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños por ser mi discípulo, no quedará sin recompensa".

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REFLEXIÓN: "Morir al pecado..."

Morir al pecado, en vez de morir en el pecado el alma misma.

Sacrificar el ego y cosas que conforman la vida común, en pos de una vida mejor, de una ayuda sobrenatural para amar y en las situaciones de peligro.

De peligro, de enojo... De falta de amor. Pues a todos sobrevendrá eventualmente la prueba, la ruina de algún modo, y ¿quíén la sobrevivirá?.

A todos nos sobrevendrá el mal...
sólo Jesús puede ayudarte.

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