Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo
según San Mateo (17,1-9):
Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte elevado.
Allí se transfiguró en presencia de ellos: su rostro resplandecía como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz.
De pronto se les aparecieron Moisés y Elías, hablando con Jesús.
Pedro dijo a Jesús: "Señor, ¡qué bien estamos aquí! Si quieres, levantaré aquí mismo tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías".
Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y se oyó una voz que decía desde la nube: "Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección: escúchenlo".
Al oír esto, los discípulos cayeron con el rostro en tierra, llenos de temor.
Jesús se acercó a ellos y, tocándolos, les dijo: "Levántense, no tengan miedo".
Cuando alzaron los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús solo.
Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: "No hablen a nadie de esta visión, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos".
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
REFLEXIÓN: "La transfiguración..."
...Es uno de los momentos en que Jesús se manifiesta con toda su Divinidad.
También con los milagros, también con las predicciones de su Nacimiento... También con Su Iglesia.
Hace 2000 años, viene surcando todo tipo de mares. "Mi Iglesia prevalecerá..." (Mateo 16) y el milagro máximo de venir cada día con la Eucaristía.
Allí donde el mundo falla
Dios sí puede cambiar
las vidas más irrecuperables
y la Eucaristía es su modo favorito.
Puedes hoy mismo aprovechar este milagro.

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.