domingo, 19 de junio de 2016

DUODÉCIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo
según San Lucas (9,18-24):

Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos contestaron: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Pedro tomó la palabra y dijo: «El Mesías de Dios.»
Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día.»
Y, dirigiéndose a todos, dijo: «El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará.».

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

REFLEXIÓN: Entregarse a Jesús...

En vez de al sinfín de ídolos a los que nos arrodillamos.

En la vida nos arrodillamos... todos, sin excepción; ante ídolos, o ante Dios. ¿La diferencia?

Los ídolos (sexo, placer, poder, dinero) prometen mucho y dan poco. Al principio sí... Dan tanto como lo que prometen. Pero es un círculo vicioso de retroalimentación negativa, en el que pronto estás esclavizado de tu propio deseo. "Tomar sed".

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.